Namo tassa bhagavato arahato sammāsambuddhassa

Introduction to 1.3.5
Maṇḍūkadevaputtavimānavatthu - La rana se transforma en un deva


Aṅgīrasassa namatthu, sakyaputtassa sirīmato;

Yo imaṃ dhammaṃ desesi, sabbadukkhāpanūdanaṃ.”1

“Homenaje al Radiante, el glorioso hijo de los sakyanos,

Quien enseñó el Dhamma que disipa todo sufrimiento.”

 

Esta lección presenta una hermosa historia de una rana que, por su deseo de escuchar la enseñanza del Dhamma con el pensamiento: ‘¡Se está enseñando el Dhamma!’ —‘saddhammassavanaṃ’— dejó su morada de agua. Deseando escuchar la prédica del Buddha, salió de su refugio y fue aperforada sin querer por un ganadero, que también asistió al mismo discurso. Aunque fue asesinada, el deseo de Maṇḍūka por escuchar el Dhamma le procuró un renacimiento inmediato en el mundo devā tāvatiṃsā y, para no perderse ninguna palabra del discurso, reapareció al instante como un deva resplandeciente. Su brillo era visible para otros seres quienes fueron cegados y deslumbrados. El Buddha entonces, con la intención de mostrar los beneficios del deseo de escuchar el Dhamma, le preguntó cómo se llenó de resplandor.

Aquí Maṇḍūka —“rana”— pronunció estos versos que introducen el Vimānavatthu, una selección de textos e historias de seres y sus obras que nacen en planos superiores. Muestran una hermosa evidencia del poderoso potencial que el deseo de entrar en contacto con el Dhamma proporciona incluso para los seres del mundo animal.

Cuando delcama sus versos utiliza la siguiente expresión:

iddhiṃ passa yasañca me’ — ‘este poder mío que podéis presenciar’

El término ‘iddhi’ usado aquí debe entenderse para un ser normal como una cualidad personal saludable como: ‘longevidad’, ‘buena salud’, ‘riqueza’, etc. Pero la mayoría de los textos apuntan a ‘iddhi’ para expresar poderes ‘sobrenaturales’ (abhiññā) tales como: ‘hacerse invisible’, ‘caminar sobre el agua’, ‘volar por el aire’, ‘leer la mente de los demás’, etc.

El Buddha siempre disuadió enérgicamente a sus discípulos que practicaran o demostraran cualquiera de estos pero, por otro lado, los animó a establecerse en las cuatro bases de ‘iddhi’, el ‘iddhipāda’.2 Dioses como esta rana, —‘deva, devatā’— por lo general tienen y exhiben uno o más de estos como una cualidad inherente, según el plano en el que habiten.

La traducción completa del título: Maṇḍūkadevaputtavimānavatthu sería: ‘el deva, la propiedad del hijo de una rana en el vimāna’. Un vimāna debe imaginarse como una lujosa morada, generalmente un palacio que surge de acuerdo con las obras de sus futuros propietarios.

Las historias de seres y sus obras que nacen en mundos superiores o inferiores se recopilan en el Vimānavatthu o Petavatthu. Cuatro mundos inferiores3 se encuentran debajo del mundo humano, en sí mismo un plano de vinculación, desde donde la humanidad puede decidir su propio destino al realizar tal kamma, que lo conduciría a uno más abajo o más arriba. Todos estos planos superiores están relacionadas en el Dhammacakkappavattanasuttaṃ, donde se difundió la feliz noticia después de que el Buddha pusiera en marcha la rueda del Dhamma en el parque Isipatane. Hay en total 31 planos por encima del mundo humano, cinco mundos dévicos que disfrutan de los placeres de los sentidos, dieciséis mundos dévicos más con seres celestiales libres de deseos sensuales, y cuatro esferas de los mundos brahmánicos, seres sin materia.4

Después de que el Buddha hubo inspeccionado el mundo y percibió y aceptó la solicitud del Brahmā Sahampati,5 el brahma se percató de que el Buddha ahora se dedicaba a difundir su enseñanza confirmada por el Buddha con la siguiente renombrada estrofa:

Disvāna brahmānaṃ sahampatiṃ gāthāya paccabhāsi–

Apārutā6 tesaṃ amatassa dvārā;

ye sotavanto pamuñcantu saddhaṃ;

vihiṃsasaññī7 paguṇaṃ na bhāsiṃ;

dhammaṃ paṇītaṃ manujesu brahme”ti.

 

 “Ahora está abierta la puerta de la inmortalidad,

¡Abierta para que aquellos escuchen, que disuelvan su fe!

Considerando mi fatigoso cansancio, no enseñé,

Brahmā, ese sublime Dhamma para la humanidad”.


Es gracias al brahmā Sahampati que el Buddha abrió la puerta a lo inmortal. Ofreció a las personas inclinadas que vivían en la oscuridad a percibir la luz; permitió que las personas inclinadas que vivían en la luz permanecieran en la luz.

El sublime Dhamma todavía está disponible, la magnífica enseñanza de Vipassana está accesible hoy, ¡que uno se esfuerce por pertenecer a una de las dos categorías que se están dirigiendo hacia la luz!8



1. Āṭānāṭiyasuttaṃ, Pāthikavaggapāḷi, Dīghanikāyo.

2. Los cuatro ‘iddhipādas’ son parte de los 37 ‘bodhipakkhiyadhamma’. Para más detalles consulte 3.7.0: Recto Esfuerzo – Sīlalakkhaṇapañho – Avanzando Más en el Sendero – la Base meritoria de sīla es solo una condición previa.

3. Los estados más bajos de existencia se llaman apāyā lokā y deben ser imaginados debajo del mundo humano. Son niraya, asura, peta y tiracchānalokā: infierno o purgatorio, titanes, mundo fantasma y animal. Los relatos de los seres y su caída se encuentran en el Petavatthu. Un hermoso ejemplo se presenta con la historia de Aṅkura en la lección 3.5.11 Aṅkurapetavatthu – ‘No dañar ni siquiera un arbol’

4. Ver 3.2.3 Dhammacakkappavattanasuttaṃ-2 – ‘Las cuatro nobles verdades tienen que ser plenamente comprendidas’, que enumera todos los lokas por encima del reino humano.

5. Ver la lección previa: 1.3.2: Orimatīrasuttam - La orilla cercana, la orilla lejana.

6. apārutā: apāpurati (pp.): abierto.

7. vihiṃsasaññī: vihiṃsā + saññī: crueldad, lesión + tener percepción, consciente.

8. Ver la siguiente lección 1.3.6 Tamotamasuttaṃ - De la oscuridad o la luminosidad a la luminosidad o a la oscuridad.

 


Last modified: Sunday, 15 December 2024, 4:59 PM